Atrabesarte una y otra vez
los ojos.
Atrabesarte los párpados,
las pupilas,
las ausencias,
las brasas.
Atrabesarte el ombligo
y sus rincones salados,
orillas de mar para amores anfibios.
Atrabesarte las dunas
contagiosas
palpitantes.
Atrabesarte a conciencia
con tu complicidad.
Atrabesarte secreta
y codiciosamente.
Atrabesarte como se atraviesa un gran río,
arriesgándolo todo.