Hay días en que uno se levanta con ganas de gritarle al mundo las verdades como puños a la cara; otros en que preferirías susurrártelas al ombligo: verdades pequeñas, tan íntimas que duelen o que nos ruborizan. Quien llegue hasta aquí encontrará rendijas, abiertas como una mancha de luz, como líneas de luz para guardar el equilibrio.
ufff! me dolió!!!!
ResponderEliminarAsí es, se te sale el corazón por donde menos te lo esperas...
ResponderEliminarY cómo duele a veces.
Curiosísima foto, todo un poema visual.
Abrazos.
Y es que hay amores que hacen huella...
ResponderEliminarUn abrazo.
Julio:
ResponderEliminarNo sé de quien es el dedo, pero si es el tuyo... El amor, el amor...
Abrazotes.
Perfecto, en la yema. ¿de tanto escribir?
ResponderEliminarSaludos y pronta recuperación.
Querido Julio: tu capacidad de desempolvarme el asombro no tiene límites... gracis, jaime
ResponderEliminar¡Una inflamación preciosa,de libro!
ResponderEliminarUn beso