Hay días en que uno se levanta con ganas de gritarle al mundo las verdades como puños a la cara; otros en que preferirías susurrártelas al ombligo: verdades pequeñas, tan íntimas que duelen o que nos ruborizan. Quien llegue hasta aquí encontrará rendijas, abiertas como una mancha de luz, como líneas de luz para guardar el equilibrio.
Esas personas pequeñitas que muchas veces tienen más filosofía de vida que todos. Por cierto, felicidades :)
ResponderEliminarQué maravilla; no creo que haya mejor forma de expresarlo.
ResponderEliminarMaravilloso es escuchar a los pequeños y mi enhorabuena por haber sido testigo.
ResponderEliminarUn abrazo,
A.
Me asombra la lucidez de estas grandes personitas.
ResponderEliminarFelicidades, Julio.
Ya lo creo, no le falta razón...
ResponderEliminarHermosa filosofía vital, ojalá no la pierda nunca.
ResponderEliminarBesos
Elvira