Hay días en que uno se levanta con ganas de gritarle al mundo las verdades como puños a la cara; otros en que preferirías susurrártelas al ombligo: verdades pequeñas, tan íntimas que duelen o que nos ruborizan. Quien llegue hasta aquí encontrará rendijas, abiertas como una mancha de luz, como líneas de luz para guardar el equilibrio.
Hola Julio!
ResponderEliminarDespués de mucho tiempo sin pasarme por aquí, he visto tu autorretrato.
y no podía irme sin decirte que me encanta!
Se nota que lo has hecho con todo tu cariño.
(Quizás esté ahí, el secreto de lo que eres realmente...)
No soy un hombre de bien
ni de mal
si lo fuera...
no sería un niño.
Me gusta el giro que le has proporcionado al texto.
ResponderEliminarBienvenida nuevamente.