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Hay días en que uno se levanta con ganas de gritarle al mundo las verdades como puños a la cara; otros en que preferirías susurrártelas al ombligo: verdades pequeñas, tan íntimas que duelen o que nos ruborizan. Quien llegue hasta aquí encontrará rendijas, abiertas como una mancha de luz, como líneas de luz para guardar el equilibrio.
5 comentarios:
Sin aire y necesitando de todo él para ese salto... Gracias, Julio, por tu poesía. ¡Magnífica! ¡SIEMPRE!
Yo he volado con Fujur, y aun sigo haciéndolo. La historia nunca se termina
Gracias a ti por la Luz.
Y a Javier, aunque me gustaría que me explicara eso de Fujur. No caigo.
¡Ah..., ese raro dragón blanco de La historia interminable! Una infancia distinta de la mía, querido Javier. Quizás debería incluirlo en mi programa de vuelo.
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