Hay días en que uno se levanta con ganas de gritarle al mundo las verdades como puños a la cara; otros en que preferirías susurrártelas al ombligo: verdades pequeñas, tan íntimas que duelen o que nos ruborizan. Quien llegue hasta aquí encontrará rendijas, abiertas como una mancha de luz, como líneas de luz para guardar el equilibrio.
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sábado, 13 de septiembre de 2014
Septiembre
Volar como último recurso. Hacer de la necesidad virtud. Buscar el humus y el mantillo, acogedores, con los brazos abiertos sin salir aún de casa. Acumular dolor, valor, incertidumbres. Un concurso de fuerzas y estrategias. Y saltar.
¡Ah..., ese raro dragón blanco de La historia interminable! Una infancia distinta de la mía, querido Javier. Quizás debería incluirlo en mi programa de vuelo.
Sin aire y necesitando de todo él para ese salto... Gracias, Julio, por tu poesía. ¡Magnífica! ¡SIEMPRE!
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ResponderEliminarYo he volado con Fujur, y aun sigo haciéndolo. La historia nunca se termina
ResponderEliminarGracias a ti por la Luz.
ResponderEliminarY a Javier, aunque me gustaría que me explicara eso de Fujur. No caigo.
¡Ah..., ese raro dragón blanco de La historia interminable! Una infancia distinta de la mía, querido Javier. Quizás debería incluirlo en mi programa de vuelo.
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