Desahucio
Se rompe este silencio,
de araña apaciguada,
con el grito más débil.
La anciana se estremece ante las botas
de los antidisturbios. Del poder,
impasible, que allana su morada
escondido detrás de un uniforme,
con la cara cubierta
y la firme sentencia de la usura.
Y la complicidad
de todas las miradas.
(
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/11/21/madrid/1416597148_584689.html)
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