Hay días en que uno se levanta con ganas de gritarle al mundo las verdades como puños a la cara; otros en que preferirías susurrártelas al ombligo: verdades pequeñas, tan íntimas que duelen o que nos ruborizan. Quien llegue hasta aquí encontrará rendijas, abiertas como una mancha de luz, como líneas de luz para guardar el equilibrio.
¡Cuántas veces nos rompemos! Pero siempre los materiales fragmentados vuelven a adherirse: nos recomponemos. Y volvemos con más fuerza. Como expresa Luz: siempre.
vuelvo de un tiempo de rémora. tus palabras desnudas me han caído con gravedad saturnina... y algo de marte. te sigo leyendo hacia atrás. un abrazo poeta.
SIEMPRE
ResponderEliminar¡Cuántas veces nos rompemos! Pero siempre los materiales fragmentados vuelven a adherirse: nos recomponemos. Y volvemos con más fuerza. Como expresa Luz: siempre.
ResponderEliminarBueno para reflexionar siempre nos sotiene la esperanza aunque parezca que no.
ResponderEliminarMucha energía positiva.
Yo no estoy tan segura, la verdad. Sí ocurre así con los gatos, pero la gravedad es la gravedad.
ResponderEliminarAun así, me gusta el poema. Da esperanza.
Un abrazo
Gracias a las cuatro por vuestras palabras voladoras...
ResponderEliminarvuelvo de un tiempo de rémora. tus palabras desnudas me han caído con gravedad saturnina... y algo de marte.
ResponderEliminarte sigo leyendo hacia atrás.
un abrazo poeta.
Un abrazo diferido también para ti, Kynikos. Sé siempre bienvenido.
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