Hay días en que uno se levanta con ganas de gritarle al mundo las verdades como puños a la cara; otros en que preferirías susurrártelas al ombligo: verdades pequeñas, tan íntimas que duelen o que nos ruborizan. Quien llegue hasta aquí encontrará rendijas, abiertas como una mancha de luz, como líneas de luz para guardar el equilibrio.
Un cuadro terrible, tan bien dibujado. El puñal azul de la anterior entrada aún llamea.
ResponderEliminarGracias por acompañarme en esta rabia.
ResponderEliminar¡¡GrrrrrrGRRRRRgggrrr!!
ResponderEliminarMe uno a vuestra rabia.
Unida quedas, Luz.
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