Hay días en que uno se levanta con ganas de gritarle al mundo las verdades como puños a la cara; otros en que preferirías susurrártelas al ombligo: verdades pequeñas, tan íntimas que duelen o que nos ruborizan. Quien llegue hasta aquí encontrará rendijas, abiertas como una mancha de luz, como líneas de luz para guardar el equilibrio.
Absolutamente genial
ResponderEliminarDe otro mundo, amigo Claudio...
ResponderEliminarUn abrazo.
En este caso, creo que me apetece más la doble fila.
ResponderEliminarSalud-os
Estupendo!!
ResponderEliminarMejor imposible!!!
ResponderEliminarEspero que el ayuntamiento tome las medidas precisas.
Yo, para estos casos, transporte público... A ver si en el mogollón paso desapercibido. Saludos, Amparo. Saludos, Amando.
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ResponderEliminarAsí nadie se lía: nosotros lo hacemos igual donde los cortados.
ResponderEliminarTomo nota, no sea que la líe, jajaja... Genial,Julio.
ResponderEliminargrAnd3
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