[...]
Era el momento de las cosas secas,
de la espiga en el ojo y el gato laminado,
del óxido de hierro de los grandes puentes
y el definitivo silencio del corcho.
Era la gran reunión de los animales muertos,
traspasados por las espadas de la luz;
la alegría eterna del hipopótamo con las pezuñas de ceniza
y de la gacela con una siempreviva en la garganta.
[...]
(Lorca: Poeta en Nueva York)
Gracias a Clandestina por la memoria
5 comentarios:
Entré en tu blog al buscar enlaces de la última novela de nuestro común amigo Pablo d´Ors y hoy descubro que has escrito un post recordando a Federico. La alegría y emoción que he sentido han sido tremendas. Gracias por recordarle. Para mí Lorca es objeto de estudio y de admiración.
Con respecto a Pablo, aún estoy con su novela.
Yo también estoy con ella, degustándola.
Un saludo, lorquiano compañero...
Perdona, Chance, he descubierto que eres, en realidad, una lorquiana compañera...
Mi pasión por Lorca comenzó en el colegio y se afianzó en la universidad. Estudié Filología Hispánica y ahora estoy (bueno, la verdad es que por temas laborales la tengo un poco abandonada, pero seguiré)con la tesis sobre "Yerma". Lei ya la tesina, ahora tan sólo me queda la tesis.
Me gusta de él su manera de decir las cosas: esa cercanía a lo humano tan honda. Era un escritor con voz propia... ¡y tan propia!
Hice el año pasado una representación de "Los sueños de mi prima Aurelia" en el colegio donde trabajo con un Taller de Teatro que dirijo.
¡Ah! Me llamo Eva.
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