. Callejón sin salida (Madrid, 2010)
escribo en diagonal como bombilla lúbrica arrojada al vacío en la espiral metódica que aúlla extrovertida centrífuga arrastro a las esferas de asfalto una palabra excrecida en hierro fundido cristal árbol fundido y resignado en su alcorque estrecho senil infructuoso pero no por ello menos batallador menos furioso
reviento escaparates donde niños escogidos entre los más espabilados de su pueblo ni siquiera los más sabios dan forma al cuero le dan calor le ponen su sello o acometen el caucho y sus costuras como una cicatriz interminable como una escarificación para otro pueblo o soplan en el yute ahumado de los escalofríos cuando nace la lluvia y crece y hasta la soledad es lluvia y hay que aprender a nadar o entregarse
sacudo la mirada que fue la mirada de un niño de una niña de un comienzo a descoser la sombra y huele ya a cerrado
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6 comentarios:
enorme
En la primera lectura no podía dejar de correr.
Abrazote.
¡ Qué miedo !
gracias, Julio, quedas dentro de mis "dominós" y yo de tus dominios, seguiré este blog con la inquitud de no saber a donde me llevará la diagonal de este callejón sin salida.
luz al final del tunel mas oscuro saca la cabeza fuera del agua
Ay, Julio, tantos años y ahí sigue el flexo rojo, tan afilado y tan rojo...
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