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domingo, 13 de febrero de 2011
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Hay días en que uno se levanta con ganas de gritarle al mundo las verdades como puños a la cara; otros en que preferirías susurrártelas al ombligo: verdades pequeñas, tan íntimas que duelen o que nos ruborizan. Quien llegue hasta aquí encontrará rendijas, abiertas como una mancha de luz, como líneas de luz para guardar el equilibrio.
7 comentarios:
ufff! me dolió!!!!
Así es, se te sale el corazón por donde menos te lo esperas...
Y cómo duele a veces.
Curiosísima foto, todo un poema visual.
Abrazos.
Y es que hay amores que hacen huella...
Un abrazo.
Julio:
No sé de quien es el dedo, pero si es el tuyo... El amor, el amor...
Abrazotes.
Perfecto, en la yema. ¿de tanto escribir?
Saludos y pronta recuperación.
Querido Julio: tu capacidad de desempolvarme el asombro no tiene límites... gracis, jaime
¡Una inflamación preciosa,de libro!
Un beso
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