La palabra desnuda.
Como un ciego
que eligiera al azar
quimérico un futuro en otro cuerpo.
Hay días en que uno se levanta con ganas de gritarle al mundo las verdades como puños a la cara; otros en que preferirías susurrártelas al ombligo: verdades pequeñas, tan íntimas que duelen o que nos ruborizan. Quien llegue hasta aquí encontrará rendijas, abiertas como una mancha de luz, como líneas de luz para guardar el equilibrio.
2 comentarios:
¿Y si el otro cuerpo solo le ofrece pasados donde, al parecer, veía?
Abrazos, siempre
Pasados... Qué bien elegida la palabra. Tan plural como el otro cuerpo, sea ajeno, sea propio.
Lo mejor, en efecto, quedarse en los abrazos. Lástima que no solo de abrazos viva el hombre.
Hermoso blog el suyo, don Armando. También un buen lugar para quedarse.
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