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sábado, 29 de septiembre de 2007

Transapariencias

El otro (Alcalá de Henares, 2007)

[La palabra transapariencia la tomo del título de una bellísima obra del muy neoyorquino Chema Castelló. ]

En familia (Alcalá de Henares, 2007)

domingo, 23 de septiembre de 2007

Aire fresco desde las costas de África

FOTO: Ana Yturralde (Playa Le Virage, 2007)


Mi amigo Nico me manda fotos de los suyos desde Dakar para que me llegue o me dé un aire. Entre él y mi querida familia Alejandre que, los dioses mediantes, se nos muda a Nairobi, me van a matar.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Naranjas de la chi na na, logo olímpico

Naranjas de la chi na na 2016 (El Escorial, 2007)

domingo, 16 de septiembre de 2007

Infinito


Cadena de infinitos (Madrid, 2007)


un instante infinito puesto en pie
el hombre y su constante condición
de incierto continente escombro y pálpito

sábado, 15 de septiembre de 2007

Ousmane Sembène / In memoriam

Sembène y su eterna pipa
Foto: Seyllou/AF

Preparando un artículo para una guía de Senegal, caigo en la cuenta de que me pasó por encima la noticia de la muerte de Sembène, en junio de este año. Incomprensible. Exámenes finales, estrés prevacacional… Excusas.
Este maestro de la literatura y el cine, senegalés de éxito afincado en Senegal, fue el primero en realizar una película netamente africana, en 1966, La noire de…, Premio Jean Vigo de ese año. Censuras en Senegal, censuras en Francia…, por unas obras, por otras; por su compromiso político, en definitiva, y su permanente puesta en evidencia de la injusticia.
Algo de su obra ha llegado hasta aquí, como restos de naufragio de nuestra mala conciencia (y la suya): Mooladé, premiada en Cannes, se estrenó en los circuitos de ‘otras filmografías’ en 2004 para hablarnos en crudo del problema de la ablación femenina, solo desde hace pocos años considerado delito por la legislación de Senegal, y un grave problema en ciertos sectores africanos.
Tristemente, su obra literaria es prácticamente desconocida en España y, que yo sepa, no ha sido traducida a ninguna de nuestras lenguas. De lo que he leído os recomendaría Ô pays, mon beau peuple (1957) y Les bouts de bois de Dieu (1960); y, por supuesto, toda su cinematografía.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Verano de luces y sombras


Espectros familiares (Herencia, 2007)

viernes, 7 de septiembre de 2007

Estrellas de verano

La estrella y los magos (Madrid, 2007)

martes, 4 de septiembre de 2007

Dulce Arsénico por Etiopía

"El primer número de Dulce ARSÉNICO estará en el mercadillo solidario que tendrá lugar el próximo día 7 de septiembre (viernes)a partir de las 18:00 horas en, La Vaca Leonesa: c/ Fuente del Berro, 23. (Entre Goya y Hermosilla, junto al Palacio de Deportes). Este mercadillo solidario estará amenizado con un pase de cortometrajes y con monólogos cómicos. Los beneficios irán destinados a la compra de material médico para Etiopía. (Habrá descuentos especiales y se donará un 10% de las ventas obtenidas para el mercadillo solidario). ¡¡Os esperamos!!"

Yo también os espero. La revista, de creación literaria y fotografía, es extraordinaria; y la convocatoria, solidaria.
Allí estaremos.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Amores de verano

Probando, probando...

Amores de verano (Herencia, 2007)

domingo, 2 de septiembre de 2007

Basura de verano

Naranjas DEP (El Escorial, 2007)

Causualidades (cont.)

Tras las primeras noventa y cuatro páginas, brillantes, de Las partículas elementales, Houellebech nos introduce en un catálogo de trastornos sexuales y aridez estilística que han estado a punto de hacerme abandonar el libro. Los protagonistas y el grueso de los figurantes son unos tarados y a ratos la narración resulta aburrida pese a que describe, o más bien expone, las carencias sexuales de los mismos, que, como asunto, podría no estar mal… Pero si el personaje de Michel me produce conmiseración, el de Bruno -y su mundo de perturbados, pedófilos, racistas, sádicos, etc.- me repugna y logra por momentos sacarme de mis casillas.
Parece que complace a Houellebecq el relato de todo tipo de aberraciones -en las experiencias satanistas estuve a punto de tirar el libro por la ventana, aunque en este caso creo que lo que más me deprime y asquea es que realmente existan seres ¿humanos? así-.
En realidad, creo que lo que le complace es sencillamente epatar. Y en eso ya existen maestros mucho más dignos de leer; claro que no son fenómenos mediáticos actuales -como me apuntó Jaime Alejandre del autor francés- sino escritores de una inteligencia preclara que en este Houellebecq solo surge en la primera parte y, a partir de ahí, en contadas ocasiones. Mejor leer a Oscar Wilde o a Henry Miller, por citar los primeros que se me vienen a la cabeza.
Lástima, porque la cosa había empezado tan bien… (Y porque no cabe duda de que esa construcción pseudocientífica y fría de la voz narradora trufada de información de Internet es francamente interesante, con sus gotitas de emotividad. Pero, al final, no resulta suficiente.)
Me voy a leer Las ninfas, de Paco Umbral, in memoriam, a ver si el producto nacional bruto me saca del dique seco…