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viernes, 27 de julio de 2007

Elhijo (2)



Solo quiero saber si es normal.
Una niña de un año escaso saca de la bolsa de su sillita de paseo un llavero olvidado y, sin titubear ni mediar balbuceo, se encamina derechita y en un santiamén con sus pasos vacilantes hacia la puerta blindada, donde trata de introducir la llave de seguridad en el bombín correspondiente, al que gracias al azar aún no llega; aún. La hemos cogido a tiempo, pero quién sabe hasta cuando. Me aterra -y simultáneamente me fascina- esa capacidad indiscriminada que tienen de aprender nuestros cachorros.
Eso sí, es capaz de discernir que la cocina, ese paraíso de cajones y de armarios para el que no tenemos puerta, es un jardín prohibido de momento para ella: se acerca al umbral, nos mira con sus mejores ojitos de ‘si es solo una vuelta’, pero de ahí no pasa; se hace a la idea enseguida de que no es apto aún para menores y se busca otro juego.
De modo que me consuelo pensando que, cuando llegue el momento, e introduzca la llave en la cerradura y complete los no sé cuántos giros del superanclaje y logre abrirse paso al exterior, ese exterior sin blindaje ni vigilancia, sabrá retenerse en el umbral esperando a que sea su hora y no la de rodar ni aventurarse escalera abajo incapaz todavía de arrostrar todos los peligros, que serán por el contrario bienvenidos cuando ella pueda.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

y que poco conscientes éramos nosotros cuando nos pasaba lo mismo, y que valientes ¿tendrá algo que ver? Viva la inconsciencia!
En fin, Yadi está preciosa, ya tengo ganas de conocerla.
Besitos!

Anónimo dijo...

Hola, Julillo,

Cada vez me gusta más tu hija, que naturalmente no es normal (¿cómo podría serlo, con padres como vosotros -no hace falta explicar que esto significa cosas muy distintas en el caso de Tida y en el tuyo- y tíos como nosotros?). Me encanta que ya se sienta atraída por la puerta de la calle y que en cambio no quiera saber nada de la cocina (¿para qué, teniendo un padre con rarezas tales como la afición a fregar?). En fin, un beso a todos de mi parte y a ver si regamos adecuadamente la planta de la puerta que como se os seque os retiro el saludo. Besos, Arti

Anónimo dijo...

sólo quería decir hola. En cuanto a la niña, amigo julio, debes preocuparte por lo que ella te vea hacer y no por lo que ella haga.

en poco tiempo verás como la impronta de los genes no es nada, comparada con la huella que deja la conducta de los padres.

abrazos de jordana

Anónimo dijo...

Queridos todos, parece que es normal... Y de acuerdo contigo, Pepe, pero no deja de ser asombrosa esa mezcla entre genética y educación: el yo y las circunstancias... Y observar determinadas aventuras personales, determinados atrevimientos o iniciativas, un privilegio. Flora, animaos.
Por la planta, Arti, no te preocupes de momento; sobrevive plena de salud; aunque ya te solicitaré informaciones más precisas para sus cuidados.
Un abrazo a todos.

Anónimo dijo...

¡Me la como, me la como, me la como!¡Con ese culito y esas piernas, y esa manera de coger el lapiz! Esta niña promete. Por cierto, la baba me ha empañado la pantalla.
Un besito para Julio-Tida-Ami, y un mordisquito para Yadi.
Angelita.com

Anónimo dijo...

ESTA NIÑA PROMETO MUCHO! ES PRECIOSA. MUCHOS BESOS.