Lecturas de largo recorrido: Niños de tiza

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Niños de tiza, de David Torres (Ed. Algaida, Sevilla, 2008), ganadora del XXX Premio de Novela Tigre Juan, es un reflejo desazonador de un barrio duro, muy duro, trazado con una maestría difícil de clasificar, la de alguien que ama el lenguaje, todo el lenguaje: verbal, corporal, sensorial... Y a sus personajes, con su lengua expresiva y contundente, directa, donde un reguero de símiles y metáforas golpeadas se codean con los no me toques los huevos y los hijos de puta de una infancia aún por resolver. No es esta una obra para pusilánimes, sino para un lector o lectora que no se achanta ante lo excesivo, por lo que, confieso, siento una particular debilidad. Y por la vida y la poesía que rezuma esta historia más allá de los golpes bajos, los vuelos de navaja o destornillador y el cinismo al uso que destilan los personajes, entre la lírica y esa novela negra que llamaremos sucia.

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