domingo, 1 de noviembre de 2009
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Hay días en que uno se levanta con ganas de gritarle al mundo las verdades como puños a la cara; otros en que preferirías susurrártelas al ombligo: verdades pequeñas, tan íntimas que duelen o que nos ruborizan. Quien llegue hasta aquí encontrará rendijas, abiertas como una mancha de luz, como líneas de luz para guardar el equilibrio.
7 comentarios:
Hola:
Te veo muuuuuuy profundo.
Abrazos.
La brevedad del ser...
¡Una escultura increible!
Un beso
Caro julio, se me ocurre mandarte dos reflexiones sobre la Nada. Una es un soneto que me pidieron de homenaje a Pepe Hierro que había que componer siguiendo la rima del famoso suyo:
Venimos de la Nada y a la Nada
también irán los que tuvieron todo,
mucho o poco. Y el que creía en todo.
Y quien jamás tampoco creyó en nada
su compañía hará al que tuvo nada.
Pavesas arderán y el aire todo
se llevará soplando un día; todo
viento que tras de sí dejará nada.
Al infeliz que llora ‘no fui nada’,
al ufano que jura ‘lo fui todo’:
mira sus calaveras, dicen nada
soy, de la Nada vengo y a la Nada
voy. ¡Qué quimera fue creer que todo
durará más que lo que dura nada!
El otro un poema de apenas dos versos de mi último libro (inédito) "Lo que queda":
No hay nada que hacer.
Y no hay que hacer nada.
Un abrazo de bandoneón, Al Laurens
Mi admiración por este "diálogo".
¿Por qué?
Por la ausencia de artificio.
Porque respira elegancia.
Por su halo trascendente.
Porque es un teorema.
Encantada de pasarme por aquí y saludarte, Julio.
Un abrazo.
Impresionante poema, Julio. Pero ¡y la foto! La foto es sobrecogedora.
Y una joya el soneto de Al Laurens.
Los dos últimos versos.
Sencillos, bellos, verdaderos.
Y amar consuela. Sólo consuela eso.
Tremendos dos últimos versos.
Saludos.
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