En el número 47-48 de la revista Educar(Nos), que -desde mi fortuito encuentro con José Luis Corzo- sigo con atención, se ofrece la traducción al castellano de la obra del maestro italiano.
Me entusiasma inmediatamente, con una inquietante coincidencia en opiniones y planteamientos globales. Su vía para el cambio, bien tramada y desarrollada, podría cimentar no sé si un nuevo modelo pero sí uno construido hoy a contracorriente, algo que se impone como absolutamente necesario, y dotado de algunas ideas más que punzantes.
Lo interpreto yo como uno de esos modelos keplerianos (que tanto me interesan), es decir, con dos centros: en este caso, uno en el ser humano, individual y social, y otro en la Naturaleza.
Un ser humano que escucha su cuerpo y escucha su entorno y bienvive conforme a un concepto plenamente integrador, más esencial, más natural, más sobrio, ya no en sino con una Tierra harta de ser maltratada.
Un hombre libre pero no irresponsable, en busca de una vía necesariamente otra para escapar del desastre capitalista (qué cabeza más mal empleada), que se pone a luchar en la misma dirección que la roca, el agua, el aire, el fuego.
Dice Gesualdi en sus primeras páginas:
"(...) los recursos se están agotando, el clima enloquece, las tensiones sociales se agravan. Para evitar volcar tenemos que pasar de la economía del crecimiento como objetivo principal a una economía del límite; de la economía del cowboy a la economía del astronauta; pero también de la economía de la seguridad, de la economía de la avaricia a la economía de los derechos. Podremos llamarla economía del buenvivir o economía del respeto, una economía justa, sostenible y solidaria, capaz de garantizar a todos una existencia digna en el respeto al planeta. Un camino que hay que emprender enseguida porque la doble crisis, ambiental y social, ya no nos deja más tiempo."
Yo ya me he puesto manos a la obra.
4 comentarios:
Acabo de tener un dejà vu; ahora recuerdo: leí algo parecido en aquel libro de André Gorz, Carta a D., sobre economía, filosofía y naturaleza. Es un libro muy pequeñito, a ver si lo encuentro.
Me gustaría leer esto, se ve que te apasiona. No obstante, soy pesimista.
Saludos
Cero que me voy a ir a la Polinesia,como Gauguin.
Un besoesseame
¡ uf que desastre! como me ha quedado ese beso, casi en ruso.
Hola Julio,
Siento muchísimo leer lo que dices, disculpa porque además está claro que fue un error mío, de fechas, no sé como no me di cuenta, ,mil perdones, me sabe fatal.
Sí que hemos filmado la pieza, Sergio no quería, pretendía ser fiel a la experiencia teatral por encima de todo, pese a insistencia de sus actrices ;) Finalmente la organización decidió hacer un documento visual para que constara.
En cuanto disponga del video lo subiré al blog, tengo permiso!
Para cerrar el experimento por todo lo alto, hoy salió una página en el Cultural del periódico el Mundo, la columna de Luis María Ansón, que vino a verlo y quedó fascinado. Ahora me dispongo a transcribirla en el blog, estamos muy contentos!
Te dejo mi dirección de email para que malentendidos como el del otro día no vuelvan a suceder carlasanchezweb@gmail.com
Un fuerte abrazo y gracias por hacer el intento, es un detallazo
Carla
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